Nos olvidaremos.
Será como si nunca nos hubiéramos enfrentado.
Volverás a tu hueste y yo me replegaré en alguna trinchera.
Seguirás en ofensivas y yo perfeccionaré mis tácticas de acecho.
Probablemente llegue el día en que pelees con mi estrategia y yo esgrima tu arrojo.
Sabrás anticipar cada nueva artimaña y yo lanzaré las estocadas más letales.
El duelo será feroz y simultáneo.
Hasta que te sorprenda con mi propio concierto de fuerzas
Y tú te vuelvas invisible a mi ojo agazapado.
Comenzará entonces el juego de los espejos
Y deberemos adivinar quién está dentro de cuál rostro.
Finalmente, yo moriré y tú morirás
Pero alguien más habrá quedado:
Cuando las serpientes tienen dos cabezas
Una es herida de muerte para que la otra sobreviva.
jueves, agosto 02, 2007
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