sábado, octubre 07, 2006

Moon Festival

Hoy viernes estuvimos de fiesta en la casa. Nuestra integrante taiwanesa invitó a todos a participar de una festividad china en honor a la luna, que normalmente congrega a toda la familia en torno a un asado.

Sin embargo, debido al clima nuestra celebración tomó la forma de otro plato chino, el hot pot. Básicamente, ollas humeantes de caldo picante en las que todo tipo de alimentos se van cocinando: tofu, hojas de repollo, choclos, dientes de dragón, carne, pollo y fideos de arroz dispuestos en platos esperan ser metidos dentro de estas ollas.

El asunto funciona como una comida interactiva en la que cada comensal se levanta de la mesa, pone a cocinar sus alimentos y luego se los sirve, para terminar condimentándolos con una salsa espesa que a su vez lleva cebollín, ají pico de gallo y ajo crudo.

Yo fui la encargada oficial de lo bebible, por lo que me tomé muy en serio mi papel y volví con un invaluable y extrañamente barato Casillero del Diablo, además de jugos varios muy agradecidos por los musulmanes de la casa.

Más allá de lo agradable que es no tener que cocinarse una noche, la comida estuvo realmente exquisita y, de a poco, todos los habitantes de la casa fueron sumándose a la celebración, algunos incluso trayendo a sus amigos.

Fue un momento demasiado agradable. Todos conversando, todos compartiendo y, más tarde, lavando, ordenando y limpiando la cocina. Fue la primera vez que realmente hubo espíritu de casa.

Esta noche se celebra porque es el momento en el que la luna se ve más grande en todo el año. Se le recuerda a través de una historia que vincula a tres personajes que habitan las planicies lunares: un hombre condenado a cortar un árbol cuya corteza jamás se rompe, una mujer que robó un elixir de la eterna juventud y un conejo que machaca las hierbas de las que se produce dicho elixir.

Lo importante, sin embargo, es la posibilidad que da esta fiesta de reunir a toda la familia en torno a una celebración, momento que aprovechamos nosotros para ahondar en conversaciones y conocer un poco mejor las vidas de los demás: varios llegan acá en pareja, ambos a estudiar. Otros dejaron pololos, esposos, hasta un pequeñísimo hijo… Cuánto se gana, cuánto se deja. Cuánto pretendemos lograr para que haya valido la pena la distancia, la espera, la ausencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Holaaa!!!!

me encanta como escribes, me dio mucha nostalgia leer el escrito de la ga!

como pasa el tiempo, espero que momentos así como el de tu cena se repitan y sientas esa casa como tu segundo hogar.

estoy ahora en Argentina, en bariloche en mi gira "de estudios"
lo e pasado genial!
cuidate muchisimo


besos desde la distancia

Alejandra !! :D

Anónimo dijo...

Esas son preguntas que solo uno mismo sabrá en el futuro. El ansiado futuro.

Saludos y te leo todos los días prima.

Desde la Cordillera te mando un abrazo fuerte... Acaba de llover y la cordillera está nevada, pero hace calorcito rico.

Besos.

Javier

Anónimo dijo...

Hola Ghis!!!!

Espero que a estas alturas ya tengas conexión en tu casa. Acuerdate de actualizarnos con tus noticias británicas que amenizan Santiago ....